Un invernadero es una estructura que permite aislar cultivos de las condiciones climáticas del exterior, otorga la posibilidad de controlar la temperatura y la humedad del ambiente pudiendo realizar cosechas tempranas o aceleradas de distintas especies fuera de temporada, con mayor rendimiento e importantes beneficios en la calidad final del producto y el uso del agua.
Estructura y materiales para construir un invernadero
El invernadero está compuesto por dos elementos básicos la estructura de soporte que puede ser construida en metal (aluminios preferentemente), madera o PVC y la membrana translúcida o plástico que permite atrapar la energía del sol entregar la luz a las plantas y aislar las cosechas. Comúnmente se realiza en vidrio policarbonato o plástico siendo este último el más utilizado debido a lo económico que resulta.
A la estructura básica se agregan elementos de ventilación, tecnología de riego, fertilización, termómetros o climatizadores que permitan regular la temperatura y humedad interior y una mayor economía en la producción.
¿Cómo construir un invernadero?
Para construir un buen invernadero es importante considerar ciertos elementos previos que permitan su funcionamiento óptimo: terreno disponible, orientación, dimensión, forma y materiales constructivos.
Mejor ubicación para un invernadero
Es recomendable analizar la ubicación del invernadero para evitar problemas posteriores que una vez construidos son muy difíciles de solucionar.
- Evitar zonas de niebla o bruma permanente.
- La bruma puede generar excesiva humedad exterior y oscurecer la zona dificultando el control de la temperatura.
- Evitar zonas de viento.
- Buscar un lugar protegido del viento.
- El viento tensa la estructura y sobre todo la membrana plástica afectando su duración y el sello que permite aislar las cosechas.
- Buscar zonas alejadas de caminos
tierra.
- Seleccionar una ubicación alejada de caminos de tierra.
- El polvo en los caminos se deposita sobre la estructura tensando la membrana oscureciendo el interior dificultando el paso de luz y su eficiencia térmica.
Orientación del invernadero
Son dos elementos principales a considerar al momento de orientar el invernadero el primero es la dirección y velocidad del viento y, la segunda la orientación del sol. Es importante acuñar el invernadero para que el viento no golpee de lleno ninguno de sus lados la orientación ideal es de este a oeste. Con esto en consideración se debe buscar una posición lo más eficiente posible para la captación de la luz solar sobre todo durante la mañana, permitiendo que se produzca un rápido aumento de la temperatura interior.
Tamaño del invernadero
El tamaño del invernadero influye directamente sobre su eficiencia térmica determinando la temperatura máxima y mínima del ambiente interior según este rango se determinará qué especies plantar y en qué condiciones de crecimiento y germinación
El largo máximo recomendado es de 30 metros, el ancho se determina según el largo de las planchas a utilizar, el alto determina el tiempo que tomará calentar el ambiente por la mañana y para enfriarse durante la noche.
Forma del invernadero
La forma más eficiente para construir un invernadero luminoso es la forma semicircular tipo túnel con la que se logra la máxima luminosidad, los techos planos o poco inclinados con espacios sombríos no permiten calentar el ambiente adecuadamente.
Materiales para invernadero
Para construir un invernadero es importante diferenciar dos elementos la estructura y la cubierta. El invernadero necesita una estructura de soporte que le permita resistir el peso de la membrana aislante y las condiciones climáticas externas como el viento y la lluvia.
Los materiales más comunes para construir un invernadero son el PVC, la madera y el metal, siendo el metal el material que aporta la mayor durabilidad.
La cubierta aislante o plastico para invernadero
El elemento clave de una buena cubierta es la transparencia, las cubiertas plásticas suelen ser las más baratas y resistentes pero pueden no ser la más eficiente para aislar las condiciones exteriores. Los plásticos para invernadero deben ser reemplazados cada cuatro o cinco años, dependiendo de clima y el uso que se le de.
Las placas de policarbonato aportan una mayor eficiencia térmica pero son más costosas.
La cubierta de cristal es la mejor alternativa pese a ser la más cara de todas ya que permite capturar una mayor cantidad de luz y calor, incluso en climas muy fríos. En condiciones extremas ya sea por la estacionalidad o la ubicación geográfica es importante considerar algunos aspectos que nos permitan controlar estas condiciones y mantener una temperatura óptima dentro del invernadero.
Invernadero para calor extremo
Para combatir el exceso de calor se recomienda el uso de sombreros, ventanas frontales, ventanas laterales y lucarnas que permitan ventilar y bajar la temperatura dentro de la estructura.
Invernadero resistente a heladas y frío extremo
Para prevenir heladas se recomienda el uso de cámaras de aire de doble pared, asegurarse de la total hermeticidad del invernadero, usar plásticos térmicos que permiten atrapar una mayor cantidad de rayos infrarrojos aumentando la temperatura general, mantener el invernadero cerrado y controlar cualquier filtración en la cobertura, formar nubes de humo en los lugares donde se produzcan corrientes de aire, regar el suelo seco para mantener la humedad dentro del invernadero.
El sistema de riego para invernadero
Controlar el riego dentro del invernadero es fundamental, para calcular el riego necesario debemos conocer la capacidad de retención del suelo y las necesidades específicas de la especie cultivar.
Una simple remoción manual de 10 a 15 centímetros nos permite revisar la humedad del suelo cultivado, de humedad tiene humedad el sustrato porque deja la mano húmeda, aunque existen otros métodos como por ejemplo el tensiómetro, tenemos un 17 por ciento de contenido en humedad y la temperatura del sustrato es de 23,5 grados.
Es recomendable evitar el río con altas temperaturas, elija regar temprano en la mañana o al atardecer para evitar las pérdidas por evaporación.
Para controlar la humedad del suelo y facilitar un mejor manejo se utilizan mesas altas con vermiculita, fibra de coco, lana de roca u otros sustratos lo que permite un mayor anclaje de las raíces, propicia una óptima aireación y retiene mayor humedad en el suelo.
Sobre suelo se deben hacer pequeños camellones con materia orgánica. El método óptimo de riego en invernaderos es el riego por goteo mediante cintas, este método permite una mayor eficiencia y control en el uso del agua se adapta a diferentes tipos de cultivo, no genera excesiva humedad, facilita el control de malezas y permite realizar fertirrigación mejorando la aplicación de fertilizantes.
Otros consejos importantes para hacer un invernadero
Para mantener un ambiente óptimo dentro del invernadero es importante considerar algunos aspectos de manejo:
- Mantener una rotación de cultivos con variedades resistentes.
- Controlar la presencia de insectos malezas y restos vegetales.
- No plantar huertos muy densos.
- Sembrar considerando la temporada y la ubicación geográfica.
- Evitar el uso excesivo de fertilizantes.
- Mantener un termómetro dentro del invernadero.
- Registrar las temperaturas máximas y mínimas diarias.
- Mantener una correcta ventilación controlando la humedad y temperatura interior.
Si es posible automatizar el riego se producen ventajas en la operación del cultivo en la eficiencia de recursos utilizados y sobre todo permite dedicar tiempo a otras labores mientras se riega.
Lo más importante es proteger a los cultivos de eventos climáticos inesperados qué es lo que más estaba afectando a la agricultura en los últimos años entonces el hecho de tenerlos protegidos en invernadero nos permite asegurar tanto la cosecha así como su calidad al final del ciclo.